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martes, 7 de junio de 2011

Algo sobre los franceses

Por mucho tiempo pensé si debía o no debía escribir algo sobre los franceses. ¿Por qué no hacerlo? Pues porque uno siempre termina cayendo en estereotipos, sean buenos o malos. Porque cada uno se hace impresiones distintas en función de sus experiencias. Y finalmente porque le quita algo de encanto al hecho de llegar y socializar sin saber nada.

Así que no escribiré sobre los franceses pero sí diré que, como en todos sitios, hay de todo. Y esto hay que tenerlo bien en mente. Hay educados y hay quienes no lo son, hay cultos e ignorantes (ya verán cuando duden sobre en qué continente queda su país), hay snobs y hay normales, hay gente guapa y fea, hay algunos que no se bañan y el resto tampoco. Hay calles sucias y limpias, supermercados y mercados en la calle, pobreza y riqueza.

No son ni mejores ni peores que los latinos. Son diferentes. Ah, bueno, eso sí, no son tan cálidos como nosotros los latinos :) aunque dicen que en las ciudades del sur son muy diferentes (bueno, y en las del norte también).

Sólo mencionaré 3 cosas que me gustan mucho de esta ciudad.

La primera es una despedida particular que se ve mucho cuando, por ejemplo, vas a comprar algo. Una vez que terminas, te ametrallan con esta santa trinidad: merci, au revoir, bonne journée (o bonne soirée, bonne continuation). A mí me encanta aunque un amigo dice que es una hipocresía total. Ya ven! Los estereotipos!

Lo otro es que acá, cuando se hace un salud (santé!) con bebidas alcohólicas, uno debe mirar a los ojos del otro al momento de hacer chocar los vasos y hacer clinch! No hacerlo es una falta de respeto (pero nadie te va a pegar tampoco eh). Bueno, al comienzo esto me pareció curioso pues en Perú no hay esta costumbre. Luego, me daba igual y al final, reconozco, que ya me fastidiaba tener que mirar a todo el mundo :)

La tercera es lo cosmopolita que es Paris! Eso, ya se los dejo a su imaginación y es de lo que más voy a extrañar :'(

(Lo olvidaba. Son medio renegones)

martes, 31 de mayo de 2011

Esas cosas tan diferentes del día a día que nos pueden volver locos... 2

Este post es la continuación de este otro, y trata sobre esas cosas tan raras de hacer las cosas en algunos países.


El “timbre francés”


Y un día a los franceses se les ocurrió guillotinar al timbre (ring ring para avisar a alguien que estás en la puerta de su casa y, obvio, que te abra la puerta). Es un sujeto ahora marginal, casi desaparecido. Este hecho no lo registra ningún libro de historia. Sólo se sabe que ya no existe casi en la mayoría de casas y edificios. Esta vez la tecnología no reemplazó al hombre sino al timbre. Una especie de teclado numérico lo reemplaza y solo conociendo la clave secreta (el famoso “digicode”), voilà, se te abrirán las puertas… de tu anfitrión. Nota aparte: si es invierno y no tienes el digicode, no te esfuerces en gritar para avisar que llegaste. Las ventanas de doble vidrio siempre están cerradas.




(En la primera foto, un digicode; en la segunda, los inconvenientes en la cosmovisión del cuento)


El “piso francés”


Esta gracia le ha costado muchos dolores de cabeza y de espalda a millones de personas (ver, por ejemplo). El piso “francés” es un matemático poco flexible que no conoce de malas cuentas. Como en pocos países, las edificaciones con más de una plata, se empiezan a numerar con el número 0. Lo que en algunos países un edificio de 5 plantas equivale a 5 pisos, acá equivale a 4. Ya no haremos referencia al primo del piso “francés” – uno más exquisito – que además de luego de contar el piso 0, sigue con el “entresol” y recién luego con el piso 1.


(5 pisos e incluso podrían ser 4, pero de ninguna manera 6)




La “numeración de hogares francesa”


No contentos con marearnos con el “piso francés”, un pariente de cercano hace su aparición. Esta vez, una dama: la “numeración de hogares francesa”. Afortunadamente, hay pocos especímenes. Caprichosa, terca y única. La casa de un francés puede tener la numeración 14, la de su vecino de al lado “14 bis”, la del siguiente “14 tiers” e incluso podría haber una versión siguiente con referencia a una cuarta posición. Todas serían residencias distintas.


(acá foto)
(usa tu imaginación)

miércoles, 18 de mayo de 2011

¿Como es estudiar y vivir en Francia?

Cuando estaba en la etapa de postulación para venirme a Francia, me preguntaba cómo sería la vida, el día a día, lo cotidiano. Sabía que en alguna parte de Francia me esperaba un cuarto dónde vivir, unos amigos que conocer, una calle dónde vivir. La única persona que conocía que había estudiado en Francia lo hizo un poco después que Hitler saliera de Vichy, así que mucha referencia no tenía. Bueno, mi viejo también estuvo unos días por ahí antes que yo naciera, pero nada más. Y resulta, ahora que ya cierro esta etapa, que todo fue menos dramático que lo que imaginé.

Como dicen que visualizarse cumpliendo un objetivo, ayuda mucho, pues acá les pongo 2 videos de dos chicas latinas que estudiaron en Francia. Son muy bonitos, quizás más para quien ha tenido experiencias similares, y creo que a ustedes les puede ayudar mucho como motivación (mmm... creo que "motivación" debió ser un tag).

Ah, por supuesto, ambos videos están en francés así que practiquen! También les dejo un tercer video donde, esta vez franceses, explican los trámites para estudiar en este país de quesos, vino y malos olores. Bon voyage!










martes, 10 de mayo de 2011

Un pedacito más de Paris…

Muchachos y muchachas!! Estuve un poco alejado de este blog pero ya llegué para alegrarles la vida con un poco de humor del malo.

En realidad, estuve en Lima un par de semanas. Viajé para terminar una serie de entrevistas para mi tesis (aunque me relajé bastante también). Llegué el lunes pasado casi a la media noche y ya no me dio tiempo para actualizar el blog (tengo vida eh! – bueno, no tanta –) pues el martes tenía que presentar una exposición que no había terminado.

Y, bueno, pues, ahora sí ya tengo mi reloj de arena corriendo en contra. He comprado mi pasaje definitivo Paris-Lima (¡) y esta aventura se acabará. Viajo el miércoles 29 de junio y pues, como debe ser, ese día publicaré el último post… el de despedida… buuuu (hace tiempo que lo vengo preparando en mi mente y creo que será algo largo, casi como terminar una relación sentimental por correo electrónico –pues que sí las hay, eh –).

(Seguro que no se esperaban este tipo de reloj de arena)

De verdad me apena dejar de escribir en este blog pues en muchos momentos me dio muchas fuerzas saber que estaba ayudando a alguien (o dándole información falsa) y además también me ayudó a cubrir algunos vacíos de soledad que siempre tienen los estudiantes extranjeros alejados de su tierra.

En unas semanas se cerrará una etapa increíble que definitivamente me ha cambiado (más allá de dejarme pobre y de reducir mis frecuencias de baño gracias a las costumbres francesas –ok, esto no es tan cierto-).

Bueno, pero para qué escribo todo esto. Parece que ya me fuera despidiendo o que me estuviera muriendo… pero todavía no.

Tengo planificados algunos de los 7 posts restantes. Así que hay alguna plaza libre para algún tema sugerido. Por supuesto, no me pregunten sobre si las carpetas son cómodas, dónde se compra cuadernos o si por acá hay cucarachas (casi no las hay jeje).

Por ahora, les dejo una pastillita de motivación… Este es uno de los recorridos que más me gustó. Por alguna razón del software, nunca aparecieron los nombres de las calles :(


martes, 8 de marzo de 2011

Francia: Un destino más allá de los estudios

Confiésenlo, confesémoslo. Francia es un país donde se puede hallar excelencia académica pero una de las grandes razones para tener a este país como objetivo es la cantidad de cultura que alberga, el tipo de vida que ofrece, los increíbles paisajes citadinos, sus bellas calles y, en fin, todo ese misterio que siempre ha envuelto a este país y especialmente a Paris, la ciudad luz.

Querer estudiar en Francia puede sonar a veces medio caprichoso ante terceros y hasta un tanto snob. Olviden todo eso.

Francia no es un sueño, es un objetivo. Y un objetivo no meramente académico, sino uno que debe llevarse un poco de nuestra vida.

En 20 años, no recordarán las clases que tuvieron sino los amaneceres que vieron, las calles que recorrieron, los amigos y amigas que hicieron, las cervezas que bebieron, los cigarros que apagaron, el metro que tomaban, el primer departamento donde vivieron, la llegada y la partida del aeropuerto, los amores que dejaron o que los hicieron quedarse para siempre.

Decir “quiero estudiar en Francia” necesita una gran base de motivación, de empuje y de constancia. Imaginarse recorrer sus calles y monumentos. Quererse ver en ese suelo parisino y tenerlo en mente es una buena forma de representarnos anticipadamente en esa gran aventura.

Por ello, este post no cuenta la historia de cómo postular, dónde buscar beca, dónde comer más barato o, en general, sobrevivir en el intento. Más bien, cuenta la historia de vivir en el intento, esa historia que puede (si quieres) ser tuya, tal como yo la hice mía.

Y como las palabras son aburridas, los dejo con, por ahora, tres paseos en Paris grabados desde una bicicleta que mis piernas caprichosas manejan a su antojo por lo más bello de Paris.





miércoles, 26 de mayo de 2010

Paris en bicicleta: Turismo y transporte en el día a día

En Paris, una bicicleta nueva no baja de 100 euros. Sin embargo, un paseo en bicicleta a lo largo del Sena, por los Champs Elysées, por Montmartre o por una simple y desconocida calle de Paris…es invaluable y a veces te pueden llevar a sucesos inesperados. Si no me creen, lean esta historia.

¿La solución? Bicicletas de alquiler. Acá en Europa, varios países cuentan con este sistema y en Francia varias ciudades lo tienen. En Francia el sistema se llama Velib y acá está su web.


Una vez inscrito, uno puede coger una bicicleta de una estación, manejar y luego dejarla en otra. Si el trayecto dura menos de 30 minutos no hay ningún cargo adicional al abono anual (29 euros). Cada media hora adicional cuesta 1, 2 o 4 euros según el caso. En fin, nada grave.

Inscribirse es fácil. Se hace por la web y luego hay que enviar un cheque, los datos de tu cuenta bancaria y un formulario debidamente llenado. La respuesta demora. Luego de un mes o más, recibirás la carta con los códigos de activación de tu cuenta y voilà!

No importa la edad, ni el clima ni si usas falda. Mucha gente usa estas bicicletas como medio de transporte diario para ir al trabajo o a la universidad. Es más, conozco algunos amigos que lo hacen. Otros la usan para hacer turismo o pasear. Hay bastantes ciclorutas y los carros respetan a los ciclistas. Las estaciones Velib están por todos lados y son un símbolo de la ciudad. Si no fuera así, las Velib no hubieran sido objeto de esto:



Lamentablemente, parece que el número de abonados viene bajando. Y me acabo de enterar que está en marcha un proyecto similar al Velib pero que se llamará Autolib. Ya imagínense cómo será.

viernes, 7 de mayo de 2010

Esas cosas tan diferentes del día a día que nos pueden volver locos... 1

¡Franceses! ¡Ay, siempre los franceses y sus modos de hacer las cosas diferentes! Bueno, lo mismo dirán ellos de los latinos. 

Las formas de hacer las cosas del día a día (y los aparatos que permiten realizarlas) a veces nos ponen en más de un aprieto, aunque felizmente nunca grave.

Acá listo un primer grupo de esas cosas de los día a día tan diferentes en Francia que nos pueden volver locos:

El teclado “francés”: De apariencia inofensiva, y engañoso gemelo idéntico del teclado latino. El teclado francés es sospechoso de ser un asiduo consumidor de vino. No cabe otra explicación para el caprichoso cambio de posición de las letras A, Q, Z, W y M. Como el hecho que, nunca le dio la gana de incorporar la Ñ y e como acto de rebeldía, ahora para tipear un “punto” es necesario un apoyo de la tecla “shift”. Así como estas, también existen otras sorpresas numéricas deparan al futuro usuario.

Teclado casi alienígena. No se dejen engañar. No es inofensivo.

El enchufe “francés”: Sujeto terco por excelencia y de ojos penetrantes. Se sabe que sólo acepta otorgar su electricidad de 220 bajo ciertas condiciones cilíndricas del receptor. También discriminador por excelencia, no acepta receptores de rasgos planos pero puede ser engañado mediante adaptadores.

Enchufe rechanzando ser fotografiado.

Teléfono público “francés”: Recio y engreído. Este francés se ha acomodado muy bien a la tecnología. No acepta monedas y menos aún billetes. Sólo ofrece sus servicios si hay una tarjeta telefónica de por medio, que son también, otras engreídas. Existen de varios tipos, pero sólo aceptaron ser vendidas en los Tabac (tiendas donde venden cigarros, y otras pequeñas cosas). Algunas otras tarjetas se rebelaron y se encuentran además en kioscos de periódicos.

"Colorido y alegre" teléfono público.

jueves, 4 de marzo de 2010

¡Arriba las manos!: Estilos de robo en Francia




Si bien Latinoamérica se caracteriza por tener tasas de delincuencias más altas que Francia, eso no quiere decir que los robos y asaltos no existan en el viejo continente. Y ante ello, hay ciertas precauciones a tomar en cuenta y ciertas particularidades si uno va a vivir por un tiempo fuera de su país.

Cruzando el charco, hasta los estilos de robo cambian. Se podría decir que en Paris y en muchas ciudades de Europa los rateros son más “finos”. Bah, simplemente diría que en general son menos avezados.

Lo que predomina son los robos silenciosos en el metro. Alguien te distrae a la derecha y a la izquierda te sacan algo de la mochila, el bolsillo o la cartera. O simplemente a alguien le gusta mucho lo que tiene tu bolsillo y se empecina en llevárselo sin que te des cuenta. Expertos en estas artes, es difícil detectarlos, así que cuidado con los metros cargados de gente.

("Qué tierno. El primer trabajo de mi hijo")

He visto un par de robos pero no del tipo que les acabo de contar…o más o menos. En un caso le quitaron el celular a un hombre borracho que dormía en la estación del metro. En otro caso, el ratero le arranchó el celular a la persona y se fue corriendo. El tercero sí tuvo algo de violencia pues dos hombres tiraron al piso a un tercero y le quitaron el celular. En ninguno de estos casos, la gente actuó y según lo que me dicen casi siempre es así. 

Cuidarse de este tipo de robos no es tan difícil. Para algunos lo difícil es habituarse a la inseguridad  cuando regresan a sus países. En general, la gente por acá tiene bastante confianza en dejar sus cosas sin vigilancia. En las bibliotecas, muchos se van por horas dejando sus laptops en la mesa. Claro y uno se habitúa a ya no mirar sus pertenencias con el rabillo del ojo. Cuidado, que se les atrofie ese músculo.

Ohhh, y finalmene algo sobre el "robo a la italiana" que, según los diarios, viene creciendo cada vez más. Se trata de romper la luna del auto y sacar la cartera o lo que se vea a la mano y suele ocurrir en las autopistas con tráfico. Si has venido a estudiar a Francia, pues despreocúpate de esta modalidad y disfruta tu metro.